Todos tenemos una historia digna de ser contada...¿Quieres conocer la mía?

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Y empezar de cero...

Observé tus ojos claros una vez más. ¿Cuándo había empezado a adorar el brillo que acompañaba a tu mirada? Ni yo misma podía recordarlo. Tú habías sido todo para mí desde hacía tanto que ya era imposible recordar un tiempo anterior, ajeno a tu perfume.



Estaba totalmente enamorada.


Aquella chica salió de la cafetería y te tomó del brazo. Me dedicaste una sonrisa triste, un adiós sin palabras. No querías hacerme daño.


Pero ¿cómo no iba a dolerme el ver cómo te das la vuelta y la miras con esa expresión, como si tuvieses delante la verdadera razón de existir? Sí, yo conozco muy bien esa expresión. Es la misma que tengo yo cuando te miro a ti.


Estabas totalmente enamorado. Y no era de mí.


Y te fuiste entre risas y gestos tiernos, con la dulzura del amor y la emoción del futuro a vuestro alcance. Yo te vi alejarte, sin más, sin querer saber que ése era el final de un amor que no llegó a serlo, porque ¿sabes? Para querer hacen falta dos personas. Tú nunca me quisiste, yo lo sabía y hacía oídos sordos. Tú no me querías hacer ilusiones. Yo me las hacía sola.


Te miré por última vez. Una mirada nublada por la tempestad de lágrimas que rompía contra mis pestañas. Me di la vuelta, con una herida y mil lágrimas de más y una ilusión de menos. Me alejé despacito, midiendo cada paso, con las manos en los bolsillos y sin un rumbo fijo, porque aún no sé si podré ser sin ti. Y tuve el deseo egoísta de que me eches de menos, porque eso significaría que has tenido que pensar en mí, aunque sólo sea una vez más.


Aún hoy resuena en mi cabeza aquel último pensamiento: Adiós, mi amor. Sé feliz.




Isa

2 comentarios:

  1. ...me encanta este...me recuerda a una cosa.

    ResponderEliminar
  2. Bueno, nadie sabe si la chica encontró otro amor y fue feliz para siempre =) Todos los cuentos acaban así, pequeña, y nosotras somos prinzezitas... Así que, ya sabes =)

    ResponderEliminar