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viernes, 16 de septiembre de 2011

Una copa casi vacía...

Sentada en un bar, sola con una copa en la que ya apenas quedaba más que hielo, me inundó la tristeza que acompaña a la ausencia. El vacío ocupó la silla que en otro momento tuvo un nombre. Y fue entonces cuando brindé con mi vaso casi vacío por mi nueva compañera de viaje: la soledad.

Isa

2 comentarios:

  1. A veces la soledad es la mejor compañera... échale un vistazo a este blog, tal vez te interese!
    http://dont-destroy-the-small-ideas.blogspot.com/
    un saludo:)

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  2. Me gusta este mini-texto
    Lo de la silla que tuvo un nombre me gusta mucho ^^
    Y respecto a la temática, la soledad resulta buena en ocasiones, pero la compañía es más gratificante.
    Mi humilde opinión ;)

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